Mientras las flores crecen en mi sartén
al arrullo aromado de la
aceituna,
en la charca del puente
viejo canta la rana
su croar de poeta puro y primario
y, en mis macetas, sin paz ni amor,
busca alimento un gorrión.
De mi balcón flotando –no
pude evitarlo-
tus palabras perversas, yo
fui colgando.
Por eso ahora, casi todas
las noches de luna llena,
bailo al son del tango de
las reyertas.
Con tus palabras haré un
rosario
para cantarte un Réquiem
desconsolado.
Divorciada que quiere llorar sus risas.
Enlutada en la pira de la
tristeza
llorando lágrimas de pan
quemado.
El corazón es como un pez blanquiazul
brincando en una red de tisú.
Quiere huir y no sabe a
dónde ir.
Abramos ya el encierro de
la monjita
porque las profundas
sombras
de los altivos cipreses
le azotan la cara con sus verdinegras ramas.
Y un temblor de amargura
relampaguea
en sus ojos de lluvia de
primavera.
Ella tejía sus sueños de
lino pardo
y teñía las madejas de oro
pálido.
Sin quejas, sin reproches
se fue olvidando
de bailar para nadie su
tango amargo
y, sin embargo, se
preguntaba al amanecer
¿volveré a estar viva
alguna vez?
Mientras las flores crecen
en mi cazo sin mango,
se expande el perfume insolente
de las retamas
y, en la charca de los sapos,
nos cantará una rana
cuántas veces, en un año,
se lanzó al agua.
En sus ojos turbios de
rana ajena al dolor de los celos,
la ausencia de los hijos y
el temor a envejecer,
percibe su soledad en la
charca, como un placer.
Alcalá de Henares, 3 de
abril de 2015
JUEGO DE LA PALABRA DADA
PALABRA: SURREALISMO
DADOR: RAMIRO RODRIGUEZ RUIZ
Texto e imágenes realizadas
por Franziska
Las fotos de los bonsáis se realizaron en el Jardín Botánico de Madrid